Viaje a la Rioja – Logroño

Los pasados días 17, 18, 19 y 20 de mayo, treinta y dos viajeros, llevando al timón un buen y servicial conductor llamado Jesús López Casal (Chuchi), natural de Melide y un no menos bueno y servicial guía llamado Víctor Jorqueras, natural de Madrid, de la que según nos dicen es la capital del Reino de las Españas, iniciamos una excursión  a La Rioja.

Estos intrépidos viajeros fueron:
David Villamisar Botana, Ermitas Ramos Quintas, José Manuel Abad González, Fátima Patiño Cobas, Adolfo Ponte Bessave, Carmela Velasco Roel, José Manuel Pacin Rivera, Mª Palmira Ojen Doldán, José Luis Novoa Martínez, Dolores Rodríguez Verdemás, Eduardo Seoane Calvo, Emilia Leal Maneiro, María Fernanda Varela Puga, Rafael Pazos Pazos, José Luis Alonso Costa, Mª del Carmen Oreiro Rial, Xosé Mª Pedreira Martínez, Mª Lucía Pérez Álvarez, Ramón Pena Rodríguez, Teresa García Sánchez, José Ramón Santé Ponte, Carmen Neira Viqueira, Manuel Ferreiro López, Ermitas Vivero Bullán, José Moreta Pérez, Mª Elena Ramos Seara, José Luis Luengo Sánchez, Mª Isabel Arochena González, José Manuel Boedo Vázquez, Otilia Seoane Pardo y el que suscribe Feliciano Andrés Crespo Rego y su encantadora y nunca bien ponderada esposa, Encarnación Liñeiro Freire, (esto último, ni que decir tiene que es por pura pelota, chisssssssssssssss).

Día 17.- Bajo la protección del los Santos del día, S. Pascual Bailón, Sta. Restituta (virgen y mártir) y desde los lugares de costumbre, Plaza de Ourense, Iglesia de San Pedro de Mezonzo, Gasolinera (Estación de Autobuses), Pajaritas y Avda. Alfonso Molina (Carrefur), salimos con dirección a Burgos, previa escala en la Vega del Rio Valcárcel, para tomar un pequeño desayuno y aligerar peso a la próstata y órganos aledaños.

A las 14,30, entramos en el restaurante Hotel Camino de Santiago, donde almorzamos un menú a base de sopa castellana, ensalada, ternera asada y postre., una vez bien comidos, salimos con dirección a  Logroño, para llegar al Hotel Husa las Cañas, reparto de habitaciones, cena (buffet libre) y alojamiento.

Día 18.- Después de un copioso desayuno (buffet), salimos con dirección a la ciudad de Haro, bajo la protección de los santos del día, S. Bucardo, Sta. Claudia, S. Pontamón y compañeros mártires. La ciudad de Haro, capital de la denominada Rioja Alta, donde visitamos y paseamos por su Casco-antiguo declarado conjunto Histórico Artístico en 1975, donde pudimos visitar la Iglesia de Santo Tomás, obra de Felipe Vigarny, sus numerosos palacios, etc.

De esta ciudad y de sus pobladores los Berones (pueblo prerromano de la península Ibérica), ya nos “hablan”, los antiguos historiadores como Ptolomeo, Tito Livio, hacia el año 76 a.C.,  y el historiador Estrabón nos habla de su identidad celtíbera.

Pero la primera alusión a Haro data de 1040, por un documento del Rey D. García Sánchez III de Navarra también conocido como el de Nájera, en el que donaba  a su esposa Estafanía de Foix mediante carta de arras Bilibiún cun Faro. Ya en un documento del año 1063, se cita la presencia de banqueros, quiero decir judíos, en la villa, pues hay una donación del rey Sancho Garcés IV de Navarra al Obispo de Álava D. Nuño, donde le entrega la heredad del judío Marlahim. Etc.etc. etc.

A las 12,30 horas nos desplazamos a las Bodegas Martínez Lacuesta donde fuimos recibidos con toda cordialidad, por uno de sus propietarios, el cual nos explicó el proceso de elaboración del vino y enseño la bodega y, posteriormente nos obsequió con un aperitivo y degustación de uno de sus vinos. Durante la visita a las bodegas no solo nos explicó el proceso del vino, sino que también respondió a las preguntas que se le hicieron por nuestra parte, en especial por nuestro ínclito bodeguero, Moncho Pena, el cual dejó el pabellón de los visitantes a gran altura. Muy bien Monchiño, que el saber no ocupa lugar. De regreso al Hotel, pudimos contemplar Briones con su esbelta torre de la Iglesia y las ruinas del Castillo árabe. Por la tarde, después de un buen yantar en el Hotel, nos desplazamos a la Guardia y a El Ciego.

La Guardia, la Muy Noble, Leal y Coronada Villa, está situada en un altozano y está rodeada de una muralla que mandó levantar el Rey Sancho el Fuerte de Navarra, todavía se conservan cinco puertas de acceso a la ciudad, denominadas Mercadal, Carnicerías, Páganos, San Juan y Santa Engracia, sus calles y plazas, aún conservan un gran sabor medieval.

Durante la edad Media, recibió varios nombres, como Laguarda, Gardia, Guardia, Guoardia, Lagarde, Lagardia y Laguoardia, hasta que alguien se cabreó y dijo que se llamaría La Guardia, pero una de esas moscas cojoneras, que revolotean por todos los sitios dijo que se llamaría “La Guardia de la Sonsierra Navarra”, yo creo que fue un poco por jo…, digo fastidiar.

Pero no penséis que eso se quedó así, pues otro moscón, del siglo XIX, , manifestó que antes de la concesión de la carta de villazgo en 1164, la población se había denominado Biasteri, nombre euskérico, que según ellos viene de una derivación etimológica de “bi haitz herri” (pueblo de las dos peñas), hasta que en el siglo XX, los filólogos e historiadores se dejaron de caralladas, llegando a la conclusión, eso sí, consensuada,  de que Biasteri había siso el nombre antiguo de la vecina localidad de Viñaspre, no de La Guardia. En la actualidad la Real Academia de la Lengua Vasca considera que el nombre correcto en euskera es Guardia, y punto pelota.

La Guardia nos recibe, con un letrero en la fachada de la Puerta de San Juan que reza así: “Paz a los que llegan; Salud a los que habitan; Felicidad a los que marchan”. La Villa es pequeña, unos 1.500 o 2.000 habitantes, la recorrimos a golpe de calcetín, perdiéndonos por sus calles, rincones, jardines y alguna tasca,  para luego tener una visita guiada a la Iglesia de Santa María de los Reyes con su pórtico policromado, de estilo gótico del siglo XIV y policromada a finales del XVII, es una auténtica joya de la arquitectura y esculturas góticas, en un casi perfecto estado de conservación al haber permanecido protegida de la intemperie.

Una vez que pasamos a su interior y escuchadas las explicaciones de la guía oficial, nuestro “Coro Particular”, capitaneado por Dª Fátima Patiño, la eximia interprete de boleros y tangos Dª Nanda Varela, Dº José Manuel Abad y Dº Rafael Pazos entre otros, probaron la acústica de la iglesia interpretando una sentida Salve Marinera.

Una vez finalizada la visita a la Guardia, suprimimos la visita programada a Cenicero y nos desplazamos a El Ciego, donde pudimos contemplar la hermosa vista del Hotel y de la bodega de Marqués de Riscal, obra de Frank Gehry, conocida también como el Guggenheim de la Rioja alavesa, pasear por sus calles y plazas, pudiendo visitar la Iglesia, sacristía con sus tesoros artísticos. Después de descansar y tomar unos vinitos y cervecitas en una terraza, regresamos al Hotel para cenar y pernoctar.

Al terminar la cena, unos decidieron viajar en el autobús a Logroño, para pasear y ver el ambiente logroñés mientras que otros capitaneados por Dª Elena Ramos, señora de nuestro amigo José Moreta y ayudada por D. José Luis Novoa, organizaron un guateque en uno de las salas del Hotel, que resulto muy agradable y divertido.

Día 19.- Amparados por los santos del día, S. Adolfo de Arrás, S. Crispin y S. Pedro Celestino y, después de un buen desayuno, partimos hacia Nájera, ciudad cuyos orígenes, según los arqueólogos,  tenía una densa ocupación prehistórica en los cerros que bordean la actual ciudad, bañada por el Rio Najerilla. Después de pasear por sus calles y plazas visitamos el Monasterio de Santa María La Real, conjunto religioso en el que se encuentra el panteón de los Reyes del Reino  de Nájera-Pamplona, antecesor del Reino de Navarra. Fue un monasterio muy importante pues al estar la ciudad en pleno Camino de Santiago y por haber sido sede de los monarcas navarros. Dentro del monasterio podemos destacar: El Panteón Real, el claustro de los Caballeros, al que se accede por la llamada puerta de Carlos I, de estilo gótico flamígero sobre ella está el escudo real con las armas del Rey-emperador. El interior consta de tres naves separadas por diez columnas. Debajo del coro se encuentra la cueva en la que la leyenda dice que apareció la imagen de la Virgen, y en la que se le venera. El retablo mayor del siglo XVII, de estilo barroco, con sus columnas salomónicas, En el camarín de la virgen, está la imagen original muy adornadas con racimos y hojas de vid. acompañada por los fundadores de la Orden Benedictina, en su rama masculina, (San Benito) y femenina, (Santa Escolástica) y la representación de los reyes fundadores. Es llamativa la representación de los elementos que se dice que estaban junto a la imagen de la Virgen cuando ésta fue encontrada: una jarra con azucenas (emblema del monasterio), una lámpara y una campana. Sobre estos elementos, un friso cuenta el hallazgo de la Virgen por el rey don García. Remata el retablo un Calvario. La imagen de la Virgen que dio origen al complejo religioso es una escultura medieval en madera tallada y policromada solo por el frente. Muestra a la Virgen que sostiene al niño Jesús, que imparte la bendición con la mano derecha mientras sostiene una bola del mundo en la contraria, esta imagen fue restaurada en 1948. La cueva donde se halló la imagen, integrada en el templo, es una de las muchas que existen en la zona de Nájera y que han mantenido diversos usos a través del tiempo.

El Coro monacal, con la sillería y las pinturas, es de estilo gótico (1493-1495). El denominado Sepulcro de los reyes de Nájera-Pamplona, es muy posterior a la de los cuerpos que los ocupan, al lado derecho de la nave central está el llamado Panteón de los Infantes, entre los que se encuentra la de Dª Blanca Garcés, más conocida como Blanca de Navarra, del que solo se conserva la tapa. Otros panteones que se conservan son el de los duques de Nájera, la Capilla de la reina Mencía López de Haro, al lado de esta sepultura está la de Garci Laso Ruiz de la Vega, que murió en 1367, en la batalla de Nájera. El mausoleo de Diego López de Haro, el Bueno X Sr. De Vizcaya (1170-1214).

Habíamos dejado para la tarde la visita programada para la mañana, de Santo Domingo de la Calzada, debido a que se celebraban unas bodas. Pero también por la acalorada discusión mantenida entre nuestros compañeros y sin embargo amigos, Abad y Novoa, el primero sostenía que el nombre de “la Calzada” era debido al patronazgo de Santo Domingo (santo laico), de las mujeres violadas, (por lo de la Calzada) y el segundo que correspondía al Camino de Santiago. Domingo es un santo laico, debido a que no lo admitieron los benedictinos ni en San Millán ni en Valvanera. El milagro más conocido del Santo el de que el gallo y la gallina que cantaron después de asados, no deja de ser una leyenda mas, pues esa misma leyenda vincula ese suceso en la ciudad de Toulouse, el mismo D. Alfonso X el Sabio cita ese milagro en Toulouse. Pero no podemos olvidarnos que hubo muchas versiones de este milagro, en Alemania, Italia, Eslovenia, las leyendas alemanas dicen que el muchacho se llamaba Hugonell y la mujer Beatriz, los italianos dicen que el joven era toscano y de nombre Jacopo,  en tanto que la taimada muchacha se llamaba Conchita. Pero para sembrar más dudas sobre este evento, diremos que  según la tradición, este milagro tuvo lugar un trece de octubre de 1400 pero, el Códice Calixtino que ya lo comenta y, lo hace casi trescientos años antes.

El palacio del Arzobispo Juan del Pino, Casa de Trastámara, esta estirpe fue una rama menor de la reinante  de Borgoña, que toma el nombre del Condado de Trastámara, del latín Tras Tamaris (más allá del rio Tambre) en el noroeste de Galicia, título que ostentaba antes de acceder al trono Enrique II el de las Mercedes (1369-1379), tras la guerra civil que terminó con el asesinato en 1369 de su hermanastro Pedro I el Cruel. El último monarca de esta casa en gobernar España fue la Reina Juana I (La Loca), que por su matrimonio con Felipe I el Hermoso, y por la descendencia de ambos, su hijo Carlos I, dio paso al gobierno de España a la casa de Austria.

Una vez finalizada la visita regresamos a Logroño, donde tuvimos tiempo libre para pasear por la ciudad, saciar la santa sede, por la denominada senda de los elefantes, probar sus pinchos y tapas para después regresar al hotel, a cenar y al finalizar la simpática Elena y el ínclito Novoa, ya nos tenían preparado otro agradable y divertido guateque.

Día 20.-

Al finalizar el desayuno y encomendados a los santos del día, S. Anastasio, Bernardino e Hilario, nos despedimos de Víctor Jorqueras, el guía que nos acompañó por la Rioja, y salimos con dirección a Burgos, donde hicimos una parada técnica, que nos permitió a visitar el Paseo del Espolón, el Arco de Santa María, ver el rio Arlanzón, la Plaza del Ayuntamiento, parte de la Catedral (El Papamoscas, La Capilla del Cristo de la Victoria, la del Condestable) y diversas capillas que hay alrededor de la Catedral, donde pudimos tomarnos unos cafelitos, para entonar el cuerpo y, acto seguido salir hacia el Bierzo donde llegamos para almorzar en uno de los restaurantes que tiene La Hacienda, en la salida 273, en la autovía del noroeste, donde comimos un menú compuesto de Alubias a la Bañeza, carrileras de cerdo al vino tinto, tarta de la casa. Para después de un breve descansito iniciar el retorno a la Coruña, a la que llegamos a tiempo de ver perder al Depor por la televisión.

Y ya para finalizar, un ruego a todos los fotógrafos, que por favor nos remitan las fotografías que quieran para poder seleccionar y colgar en la página de la Asociación un recuerdo del viaje.

Gracias a todos por vuestra asistencia y colaboración.

Unha aperta, a todas y a todos.

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